TEMPLO DE DIANA
Es en realidad un templo destinado al culto Imperial realizado
a finales del siglo I a.C. e inicios de la centuria posterior.
De los edificios arquitectónicos religiosos de época romana de la ciudad, es el
único que se conserva, gracias a la magnífica restauración realizada en él y a
que su estructura fue aprovechada en el siglo XVI para la construcción del palacio
del Conde de los Corbos, de estilo renacentista. Su planta es rectangular, rodeada
de columnas -periptero-. Las columnas acanaladas y de granito
estaban estucadas y pintadas de rojo rematándose con capiteles de estilo corintio.
No faltaba una cella, canales, estanques y galería porticada, que hablan claramente,
junto con los hallazgos escultóricos, de la importancia religiosa del templo y
su advocación imperial.
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